Desde hace diez años, en el juzgado civil n° 92, lleva adelante una batalla legal contra Alejandro Valaouris, el papá de su hijo de once años. Para obligarlo a pagar, la justicia le suspendió a su ex el registro de conducir y le prohibió salir del país. Pero en el mes de diciembre, luego de un pedido para vacacionar con su hijo en Uruguay, el mismo juzgado contradijo la medida que había establecido y le concedió el permiso. Aunque usted no lo crea…
“De vez en cuando la vida, nos besa en la boca”, escribió el cantautor español Joan Manuel Serrat. Pero a veces, la vida suele ser más cruel y se nos termina “riendo en la cara”. Y cuando esta burla llega del lado de la justicia, el lugar en el que todos confiamos, la cachetada duele un poco más. El caso de Gabriela Centurión (47), es uno más de los tantos que viven cientos de mujeres argentinas que, después de terminar una relación sentimental, y cuando tienen hijos de por medio, viven un verdadero “vía crucis”, intentando que sus ex parejas, cumplan con la cuota alimentaria.
Gabriela nació el 1 de enero de 1977 en Posadas Misiones, pero a los 20 años vino a estudiar a Buenos Aires la carrera de psicología en la Universidad de Belgrano. En el 2010, después de transitar una dolorosa separación de su primer marido, conoció a Alejandro Valaouris, hombre vinculado con el negocio de empresas marítimas. Luego de un año de relación, quedó embarazada. Ahí comenzaron los problemas.
Parte de la familia de Valaouris vive en Grecia, y él tomó la decisión de irse un tiempo largo a Europa. Cuando regresó a la Argentina, Centurión transitaba su octavo mes de embarazo y estaba a punto de dar a luz a su primer hijo. Aunque al principio hubo un “intento” de acercamiento por parte de Alejandro, la pareja nunca más volvió a funcionar. Y si bien Valaouris reconoció a C (para resguardo del menor vamos a poner la inicial de su nombre) como su hijo, sólo en los primeros meses cumplió con el pago de la cuota alimentaria.
Desde hace más de 10 años, Gabriela comenzó una batalla legal, una guerra contra su ex pareja, quien la amenazó y la violentó de diferentes maneras. Luego de varias denuncias y de presentación de pruebas irrefutables, Valaouris fue condenado por violencia de género, le impusieron medidas perimetrales contra su ex pareja, y tuvo que cumplir una probation.
En el 2024, como el empresario seguía sin hacer frente a sus obligaciones paternales (el monto de la deuda hoy asciende a más de 10 millones de pesos), el Juzgado Civil número 92 emitió diversas medidas para “obligarlo a pagar”. El 15 de octubre, a Valaouris le aplicaron distintas multas, le suspendieron el registro de conducir, y le prohibieron salir del país. Sin embargo, en el mes de diciembre Alejandro le solicitó al juzgado un pedido para “irse con su hijo de vacaciones a Punta del Este”. Aunque suene increíble, si leyó bien, le otorgaron el permiso: “Parece un chiste de mal gusto… Para algunos defensores de menores y jueces, es más importante que mi ex esté 15 días de vacaciones con mi hijo en la playa, que obligarlo a que pague la cuota alimentaria”, confiesa Gabriela.
-¿Por qué crees que el mismo juzgado que le impidió salir del país, ahora le otorgó este permiso?
-No se entiende… Creo que si lo piensan bien, ni ellos pueden explicarlo. Porque fue el Juzgado Civil Número 92 quien el 15 de octubre de este año, tomó esas medidas. Ahora, dos meses después y contradiciendo su fallo, los jueces Adrián Jorge Hagopian y Florencia Rossi; decidieron ampararse en una recomendación del defensor de menores Atilio Álvarez, y revocaron la medida.
En el 2024, cansado de que Valaouris no cumpla con la cuota alimentaria, Hagopian y Rossi, tomaron cartas en el asunto y le impusieron las medidas recién descriptas. Pero el empresario ni se inmutó. Planeo sus vacaciones del 2025 en Punta del Este con su hijo y para conseguirlo, recurrió a la ayuda del defensor oficial de menores Atilio Álvarez, quien realizó una “recomendación” positiva para el empresario.
Acusado de graves irregularidades durante su gestión como titular del Consejo del Menor y la Familia (estuvo al frente desde 1990 hasta 1998), el funcionario tuvo que renunciar en medio de una ola de escándalos. Las denuncias incluyeron: supuesta malversación de fondos, la situación de los institutos, acusaciones de torturas a chicos, e irregularidades en el otorgamiento de becas. Y si bien es verdad que en el 2009, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 3 lo absolvió por al considerar de hubo “orfandad probatoria”, para Gabriela, el escrito que presentó al juzgado, “como mínimo es incoherente”. También agrega que esta no es la primera vez que Álvarez le concede un permiso al papá de sus hijos para poder salir del país de vacaciones, aunque tenga abierta una causa por incumplir con los pagos de la cuota alimentaria.
-¿Álvarez ya le había concedido un permiso similar?
-Sí, no es igual, aunque se parece. Fue en unas vacaciones de invierno en el año 2022. De las dos semanas, mi hijo tenía que pasar una con cada uno. Pero Valaouris decidió irse a Grecia los 15 días con el nene y le pidió al mismo Álvarez que “le recomendara a los jueces, otorgarle el permiso”, cosa que finalmente terminó sucediendo.
-¿Crees qué existe una “convivencia inexplicable” entre Álvarez y el papá de tu hijo?
-No lo puedo probar, pero usemos la lógica. ¿El tipo no le pasa la plata para que el chico pueda comer pero tiene dinero para pagar unas vacaciones por Europa? No se entiende. Si yo estuviese sentado en el sillón de Álvarez, lo que le diría es: “Primero cumpla con la cuota de alimentos, que es la obligación que tiene como papá, y después piense en vacaciones lujosas”.
-¿Cómo sigue el proceso?
-Mi abogada María de las Nieves Baudrik, presentó un escrito “oponiéndose a la medida”. Entendemos que si se van a Punta del Este, es una burla para todos. El juzgado impone restricciones y a los pocos días las levanta, no tiene sentido.
-¿Lo que están pidiendo es que se revea el fallo?
-Sería lo más lógico. Si se quiere ir de vacaciones, que lo haga en el país, como lo vamos a hacer nosotros. Los jueces tienen que entender que si después de 10 años, le imponen una medida para que pague, como mínimo, tienen que respetarla. Si no, sus propios fallos son un chiste.
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¿Será justicia? Gabriela y su abogada, presentaron un escrito rechazando la medida. “Si quiere irse de vacaciones, que lo haga en el país”, afirma la mamá. |