SAN DIEGO, California – En un movimiento significativo para reforzar la seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México, docenas de marines han sido desplegados para colocar rollos de alambre de púas a lo largo del muro fronterizo que separa Tijuana de San Diego. Esta acción se produjo durante el reciente fin de semana en uno de los cruces fronterizos más concurridos del mundo, donde los marines trabajaron con rapidez y precisión en medio del flujo constante de vehículos.
Objetivos del despliegue militar
El uso de barreras físicas en la frontera se ha convertido en una tarea habitual para las fuerzas armadas estadounidenses, con esfuerzos que datan de la administración de George W. Bush. Más recientemente, el presidente Donald Trump ha indicado su intención de utilizar a las fuerzas militares de manera inédita, argumentando la necesidad de repeler lo que califica como una “invasión desastrosa” en la frontera sur.
El rol del ejército en la frontera
Tradicionalmente, el ejército ha desempeñado un rol limitado que se adhiere a la Ley Posse Comitatus de 1878, que prohíbe la participación de las fuerzas armadas en la aplicación de la ley civil. Las tareas a las que se han dedicado incluyen:
- Vigilancia de los cruces ilegales, tanto por tierra como por aire.
- Reparación de vehículos utilizados en operaciones de vigilancia.
- Construcción y mantenimiento de barreras físicas en la frontera.
Base legal para el despliegue militar
Expertos en temas de defensa y académicos han señalado que la administración Trump podría invocar diversas leyes para justificar el despliegue de tropas en un papel más activo. La declaración de emergencia nacional por parte de Trump ha abierto la puerta a la posibilidad de redirigir fondos federales hacia la construcción del muro. Además, se ha mencionado la Ley contra Insurrecciones de 1807, que permite el uso de tropas para suprimir disturbios o rebeliones.
Evolución en la política fronteriza
La administración Trump ha realizado cambios notables en comparación con sus predecesores. Un punto destacado es la intensificación de los vuelos de deportación hacia países de América Central, así como la propuesta de utilizar el centro de detención en la Bahía de Guantánamo para albergar a migrantes considerados de alto riesgo. Estas decisiones marcan un giro en la política migratoria del país.
Impacto en la Patrulla Fronteriza
Dentro de la Patrulla Fronteriza, hay una creciente percepción de que se aproxima una respuesta más contundente ante los flujos migratorios. El jefe de la Patrulla Fronteriza, Michael Banks, indicó que los arrestos por cruces ilegales habían promediado 654 por día, mostrando una baja significativa en comparación con los 1,527 arrestos diarios registrados en diciembre. Durante la semana del 25 de enero, San Diego se mantuvo como uno de los corredores más activos en materia de cruces ilegales.
Operaciones en el terreno
Durante un recorrido aéreo, se observó la presencia de vehículos de la Patrulla Fronteriza en puntos estratégicos a lo largo de un perímetro de aproximadamente 70 millas. En este contexto, los marines han añadido alambre de púas en la base de un muro que ya mide 18 pies de altura, dificultando aún más la posibilidad de un cruce ilegal. Los migrantes que logran sobrepasar este primer obstáculo se encuentran ante un segundo muro de 30 pies, lo que refleja la creciente complejidad del acceso a la frontera.
A medida que el despliegue militar se intensifica, las autoridades estadounidenses han comenzado a prepararse para un aumento adicional de las tropas en la región. Se estima que al menos 1,000 efectivos podrían ser enviados, divididos entre la frontera y otras operaciones, reforzando aún más las medidas de seguridad bajo la presidencia actual.