Del Titanic al "bandido" sin escalas

Irene Bianchi [email protected]

¿Saben qué, chicas? Estoy chocha de vivir en este país. Feliz. No lo cambio por nada del mundo.

¿Feliz? ¿Estás jodiendo, Nelly? Vivís quejándote de tu jubilación mínima, del altísimo alquiler, del precio de la comida, de los chorros, de las veredas rotas y sucias … No te entiendo, amiga. ¿Qué te fumaste? ¿Estás falopeada?

¡No, Zulma! Sólo tomé mate amargo. Pero no podrás negar que una se divierte como loca con las cosas que pasan aquí todos los días. ¡Todo tan surrealista! Nuestra realidad es mucho más rica, jugosa y variada que cualquier ficción de Polka. ¿O no?

A mí más que risa me dan bronca, ¿qué querés que te diga?

Todo es según el color del cristal con que se mire. La aventura de Martín Insaciable en el “Bandido” es para alquilar balcones. Tiene todos los condimentos: sexo, lujuria, erotismo, trampa, cuernos, champagne cristal, lujo asiático, marroquinería cara, relojes de alta gama… No lo supera ningún culebrón turco. Una super producción digna de Bollywood.

¿Clerici? Esa carita me suena. Y la cola también. La tengo vista …

¡Obvio! Fue la tercera en discordia en el matrimonio de Lanzoni-Fantino “pará, pará, pará”. Durmió afuera ¿no se acuerdan? Y también se la vinculó al Pichichi, cuando era gobernador. Pica alto la piba. Nunca un albañil, un plomero, un electricista, un mozo …

¿No será un carpetazo? ¿Una operación? ¿No le habrán hecho una cama al ex Jefe de Gabinete de Kici?

La cama la deshizo él, con la pulposa señorita. Varias veces, parece. A repetición.

Hay tipos que piensan de la cintura para abajo. Arriesgan todo por una calentura.

Más que calentura, el quía provocó un calentamiento global, un efecto dominó. Arrastró con él a un montón de kumpas que se lo quieren morfar crudo, en dos pancitos. Una mano de bleque en plena campaña. Inoportuno.

No sólo eso. Ahora peligra la continuidad de la Cirio en “La Peña del Morfi”.

Ese programa es yeta, chicas. Mufa, mufa. Primero Jay Mamón, ahora Jesica.

Tan inocente no es esa piba. Si le reclamó 50 palos verdes tras el divorcio, y se conforma con 20, es porque estaba al tanto de la fortuna del chabón, no me jodan. No come vidrio.

Por eso les digo, chicas: en este íspa es imposible aburrirse. ¿En qué otro país vas a ver a un tipo revoleando bolsos en un convento a la madrugada, y monjitas atajando a lo Manu Ginobili? ¿O a un chabón sacando guita a cuatro manos de los cajeros, con 40 plásticos, y cargándola en bolsas y mochilas? Discépolo se quedó corto con “Cambalache”.

¿Sabían que a esas chicas anzuelo se las llama “Julietas”?

¿Vos decís que son “service”? ¿Agentes encubiertas?

Más despechugadas que encubiertas. De cuerpito gentil, decía mi nonna.

¡Pobre Shakespeare! El amor de Julieta era puro y sincero, no interesado como el de estas señoritas.

¿Se puede ser tan dolobu como para exponerse así?

Sí. Se puede. ¿O necesitás más pruebas?

Seré curiosa, ¿ya apareció el churrero, papi de la Cirio, a robar cámara?

¡Porsu! Ya gira por los programas de chimentos, a lo ex Gran Hermano desocupado.

Lo bueno del “Insaciable yate-gate” es que le ganó en rating al Bailando.

Todo se mezcla. ¿No lo vieron al Peluca ninguneando al Cabezón en vivo, cuando la fue a buscar a Fátima al programa?

¡Sí! ¡El libertario le cortó el rostro! Y casi le corta los dedos con la ventanilla del auto.

¡Bien hecho! Esta vez no se salió con la suya el caprichosito conductor.

Propongo un brindis por Argentina, el país donde es imposible aburrirse. ¡Chin, chin!


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Carlos Martinez

Estoy para atrás porque las malas lenguas andan diciendo que soy un amargo.

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